miércoles, septiembre 10, 2008

Scaramouche


Vacaciones, hemos cogido ritmillo, que nadie se entusiasme, con la llegada del curso las aguas volverán a su cauce y este blog al olvido.

Un libro que empieza: "Tenía el don de la risa" sube así como trescientos mil puntos en el escalafón. Si además en ese libro hay aventura, muerte, amistad, teatro y duelos al amanecer con espada en mano, pues que queréis que os diga. No se puede pedir más. Y sin embargo no es una obra maestra, un clásico en el sentido estricto. ¿Por qué? Vamos a tratar de responder a esto:

Entraría este libro en las historias de protagonistas craks. Hombres virtuosos que todo lo que hacen lo hacen bien pero que muy bien. Protagonistas que atraen porque encarnan la virtud y la virtud encarnada es siempre atractiva. El protagonista se convierte para el lector que lo contempla en un héroe porque de alguna forma representa lo que al lector le gustaría ser: leal, valiente, atractivo, audaz, divertido...De hecho el lector disfruta, se divierte, se emociona pero y estos importante no se identifica. No se identifica porque al héroe crak de nuestra historia le falta un elemento primordial que está presente en todos y cada uno de los lectores que lo contemplan, me estoy refiriendo a la experiencia del fracaso. Nuestro protagonista es admirable pero no imitable porque parece revestido de un aura de perfección de la cual el ser humano medio carece. Por eso creo yo que este libro siendo un grande, no es un clásico, porque no da cuenta de la presencia del mal dentro del hombre. No quiero decir con esto que para que un libro sea un clásico el protagonista tenga que ser un mequetrefe, ni mucho menos. Pero sí que tiene que haber en un clásico la experiencia universal del fracaso. Sobre todo porque un héroe que no fracasa no es un verdadero héroe ya que no ha tenido que pasar por la puerta más costosa: la de su propia limitación como ser humano.

Pues eso, un libro grande y entretenido, que ya es mucho. Pero no comparable a los grandes clásicos.

6 comentarios:

Javier García dijo...

sólo me mueve -mi amor, que decía teresa- para leerlo que uno de los bastiones de mi cotidianeidad lo leyó y gustóle. aún así, y aprovechando que el bastión se encuentra en navarra, no lo leeré. pero gracias.
j

Ion Egúzkiza dijo...

Hola Mundi. Unos amigos me han hablado de este sitio. Te enlazo en mi blog. Un saludo.

Mundi dijo...

Bastian gracias.
Javi necesitas unos juegos olímpicos o un all star para reencontrarte con el mundo.

Javier García dijo...

uy, pero si yo no paro de hacer deporte...

Anónimo dijo...

oh!!! me apunto a tu club de fans... Ahora en serio, este libro yo lo describiría con una palabra: ESPECTACULAR, espectacular por el autor y espectacular por el contexto histórico... No entro en elucubraciones de por qué no es considerado una obra maestra pero no comparto contigo la opinión de que es porque al autor no se le ven los defectos... pienso que se le ven y muy claramente, es vanidoso, arrogante, creído... simplemente es un tipo que sabe sacarle jugo a cualquier situación de su vida sea favorable o adversa y por eso es tan admirado. Pero bueno querido "asesor literario" aunque no sea un clásico es un gran libro, un libro que te hace disfrutar y que a la vez te sumerge en un momento histórico que tiene ya de por sí mucha jugo que sacar. ¿Por qué no es un clásico? quizás porque el final es un poco forzado para que todo acabe como las pelis americanas, pero, a pesar de todo, nos encanta ese final a los dos, no lo puedes negar....

Mundi dijo...

Me encanta esos finales y las películas románticas américanas, porque desde mi más tierna infacnia en mi hogar era imposible alquilar una peli que no fuera de esas. Es cierto me encantan.
Mucísimas gracias por tu blog s´ñora anónima.