martes, septiembre 08, 2009

La metamorfosis (Franz Kafka)

Estamos en la época de las ruinosas melancolías, cada tarde soleada, cada vista de mar, cada noche a la fresca choca de lleno con la pura y dura realidad: una estepa de asfalto grisaceo. En fin, lo bueno no puede durar. Los reyes magos terminan, también las finales de champions y cómo no, la brisa salada del verano.
Terminó en parte también mi historia de idilio con la literatura oficial, leer ya no es una obligación ni un pasatiempo sino sencillamente un acto de supervivencia, semejante a las tiras cómicas en gruesos libros de texto o los grafitis entre ladrillos de yeso. Leer y escribir son maneras de enfrentarse a lo que nos rodea, me repito más que la lluvia citando a Lewis cada vez que afirmo que leemos para no sentirnos solos. En esta ocasión la frase tiene algo de coherencia (nada de adecuación ni de cohesión) puesto que nos hallamos ante un libro escrito desde la soledad.
Habitualmente, Kafka termina oficialmente con la sonrisa irónica ante alguien que escribe sobre un hombre convertido de la noche a la mañana en un insecto baboso y repugnante. Sin embargo más allá, a lo hondo, se masca la tragedia, la desilusión del hombre que no logra hacerse comprender. Dando la vuelta a Lewis diríamos que la metamorfosis la escribe alguien porque está solo. Alguien que experimentó la cruenta batalla de la incomprensión. El libro parece un anticipo de nuestra época, la época de la comunicación en la que nada hay que comunicar. En medio del bullicio y el macrobotellón etílico perpetuo cada persona encerrada en un querer decir y no ser comprendido intenta refugiarse en el mutismo.
Es la angustia del hombre solo, rodeado de gente, pero jodidamente solo.

4 comentarios:

Pablo dijo...

Ayer vi la escafandra y la mariposa.

Mundi dijo...

Te identificaste ¿verdad?

Hilario dijo...

Has vuelto muy filosófico e inspirado. La verdad es que no has dicho gran cosa del libro, pero sólo oir mencionar a Kafka me tira para atrás.
Me alegro que otra vez estés por aquí.
Un saludo.

I ja dijo...

yo como Hilario, tampoco me he enterado mucho de que va el libro, ni de lo jikuai que puede llegar a ser.Pero me alegra volver a leerte. Una autentica metamorfosis se produce en mi cerebro pues lo chino me sale y lo espanol no. Un beso